Desde
el punto de vista rigurosamente académico, la palabra
Evolución significa: desarrollo, construcción,
progresión, adelanto, avance, edificación, dignificación,
etc., etc., etc.
Haciendo
un enfoque gramatical, ortodoxo y puro, aclaro: el término
Involución quiere decir progresión a la inversa,
retrocesión, destrucción, degeneración,
decadencia, etc.
Obviamente
urge enfatizar la idea trascendente de que la Ley de las Antítesis
es coexistencial con cualquier proceso crudamente natural.
Este concepto de contenido es absolutamente irrecusable, irrebatible,
irrefutable.
Ejemplos
concretos: día y noche, luz y tinieblas, construcción
y destrucción, crecimiento y decrecimiento, nacimiento
y muerte, etc., etc., etc.
La
exclusión de cualquiera de esas dos antes citadas Leyes
(Evolución e Involución), originaría
la estática, el quietismo, la parálisis radical
de los mecanismos naturales.
Negar,
pues, cualquiera de esas dos ordenanzas significa de hecho
caer en un barbarismo...
Existe
Evolución en la planta que germina, se desarrolla y
crece; existe Involución en el vegetal que envejece
y decrece lentamente hasta convertirse en un montón
de leños.
Existe
Evolución en todo organismo que se gesta, nace y se
desarrolla; existe Involución en toda criatura que
caduca y muere. Existe Evolución en cualquier unidad
cósmica que surge del Caos; existe Involución
en todo planeta en estado de consunción llamado a convertirse
en Luna, en cadáver...
Hay
Evolución en toda civilización ascendente; hay
Involución en cualquier cultura de tipo descendente...
Es
ostensible que estas dos citadas Leyes constituyen el eje
mecánico fundamental de la Naturaleza.
Incuestionablemente
sin tal eje básico no podría girar la Rueda
de los Mecanismos Naturales. La vida se procesa en oleadas
que rotan con el Arcano 10 del Tarot...
Oleadas
esenciales inician su Evolución en el Reino Mineral;
prosiguen con el Estado Vegetal; continúan en la Escala
Animal y por último alcanzan el nivel de tipo humanoide
intelectivo...
Oleadas
de Vida descienden luego involucionando dentro del interior
del organismo planetario para bajar por las escalas Animal
y Vegetal hasta regresar al Reino Mineral.
Gira
la Rueda del Samsara: por el lado derecho asciende Anubis
evolucionante; por el izquierdo desciende Tiphón involucionante.
La
estadía dentro del estado humanoide intelectivo es
algo demasiado relativo y circunstancial.
Con
mucha justeza se nos ha dicho que cualquier período
humanoide consta siempre de ciento ocho existencias de tipo
evolutivo e involutivo, más o menos alternadas.
Aclaro:
a cada ciclo humanoide racional se le asignan ciento ocho
vidas que guardan estricta concordancia matemática
con el número de cuentas que forman el collar del Buda.
Después
de cada época humanoide, de acuerdo con las leyes de
tiempo, espacio y movimiento, gira inevitablemente la rueda
del Arcano 10 del Tarot; entonces resulta palmario y manifiesto
que las oleadas de vida involucionando descienden en el interior
del organismo planetario para reascender evolutivamente más
tarde...
Tres
mil veces gira la Rueda del Samsara. Comprender esto, captar
su honda significación es indispensable e inaplazable
si es que realmente anhelamos la Liberación Final.
Continuando
con el presente capítulo es necesario llamar la atención
del lector con el propósito de aseverar lo siguiente:
concluidos los tres mil períodos de la Gran Rueda,
cualquier tipo de Auto-Realización Intima resulta imposible.
Con
otras palabras, es necesario afirmar el hecho ineludible de
que a toda Mónada se le asignan matemáticamente
tres mil ciclos para su Auto-Realización Interior Profunda.
Es indubitable que después de la última vuelta
de la Rueda las puertas se cierran.
Cuando
esto último sucede, entonces la Mónada, la Chispa
Inmortal, nuestro Real Ser, recoge su Esencia y sus principios
para absorberse definitivamente entre el seno de Eso que no
tiene nombre (el Supremo Parabrahatman).
Es
obvio que las Mónadas fracasadas no lograron la Maestría;
poseen la felicidad divinal, más no tienen legítima
Auto-Conciencia; son apenas Chispas de la Gran Hoguera, no
pudieron convertirse en Llamas...
Ningún
tipo de disculpa podrían dar esas Chispas, pues las
tres mil vueltas de la Rueda se procesan siempre en muchos
Días Cósmicos y en variados escenarios universales
ofreciendo infinitas posibilidades.
Encima
de la rueda del Arcano 10 vemos una Esfinge adornada con una
corona de nueve puntas metálicas. Tal figura egipcia
ostensiblemente no se encuentra ubicada ni a la derecha ni
a la izquierda de la Gran Rueda.
La
corona nos está hablando de la Novena Esfera, del sexo,
del Trabajo Esotérico en la Fragua Encendida de Vulcano.
Ostensiblemente
esa hierática imagen tan apartada de las Leyes Evolutivas
e Involutivas simbolizadas en los lados derecho e izquierdo
de la Rueda, nos está indicando la Senda de la Revolución
de la Conciencia, la Sabiduría Iniciática Real...
Sólo
entrando por el camino de la Rebelión Intima, sólo
apartándonos de las sendas evolutivas e involutivas
de la Rueda del Samsara podremos convertirnos en Hombres auténticos,
legítimos y verdaderos.
La
exclusión intransigente de la Doctrina de la Transmigración
de las Almas enseñada por Krishna, el Gran Avatara
hindú, viene a embotellarnos de hecho en el Dogma de
la Evolución.
En
cuestiones de esoterismo, orientalismo, ocultismo, etc., los
eruditos tienen plena libertad para escribir lo que les plazca;
empero no deben olvidar el "Libro de Oro". Quiero
referirme al "Patrón de Medidas": el Tarot...
Nadie
podría violar impunemente las Leyes del Tarot sin recibir
su merecido; recordad que existe la Ley de la Katancia, el
Karma Superior... Hay responsabilidad en las palabras...
El
dogma de la Evolución quebranta las Leyes Cósmicas
del Arcano 10 del Tarot; viola los Desideratos del Libro de
Oro... conduce a muchas gentes al error.
Obviamente
todo erudito ocultista, esoterista, debe siempre apelar al
"Patrón de Medidas", al Tarot, si es que
no quiere caer en el absurdo.
Del
libro "EL Misterio del Aureo Florecer"
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