LA
REVOLUCIÓN DE LA MEDITACIÓN
La
técnica de la meditación nos permite llegar
hasta las alturas de la Iluminación y de la Revolución
de la Dialéctica.
Debemos
distinguir entre una mente que está quieta y una mente
que está aquietada a la fuerza.
Cuando
la mente está aquietada a la fuerza, realmente no está
quieta, está amordazada por la violencia y en los niveles
más profundos del entendimiento hay toda una tempestad.
Cuando
la mente está silenciada violentamente, realmente no
está en silencio y en el fondo clama, grita y se desespera.
Es
necesario acabar con las modificaciones del principio pensante
durante la meditación. Cuando el principio pensante
queda bajo nuestro control, la iluminación adviene
a nosotros espontáneamente.
El
control mental nos permite destruir los grillos creados por
el pensamiento. Para lograr la quietud y el silencio de la
mente es necesario saber vivir de instante en instante, saber
aprovechar cada momento. no dosificar el momento.
Tomad
todo de cada la momento, porque cada momento es hijo de la
Gnosis, cada momento es absoluto, vivo y significante. La
momentaneidad es característica especial de los gnósticos.
Nosotros amamos la filosofía de la momentaneidad.
El
Maestro Ummom dijo a sus discípulos: "Si caminan,
caminen; si se sientan, siéntense, pero no vacilen."
Un
primer estudio en la técnica de la meditación
es la antesala de esa paz divina que supera todo conocimiento.
La
forma más elevada de pensar es no pensar. Cuando se
logra la quietud y el silencio de la mente, el Yo, con todas
sus pasiones, deseos, apetencias, temores, afectos, etc.,
se ausenta.
Sólo
en ausencia del Yo, en ausencia de la mente, el Budhatta puede
despertar para unirse al Intimo y llevarnos al éxtasis.
Del
capitulo 3 del libro "La revolución de la dialéctica"
del V. M. Samael Aun Weor
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