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intelectual no es vivencia. Erudición no es experimentación.
El ensayo, la prueba, la demostración exclusivamente
TRIDIMENSIONAL, no es UNITOTAL, íntegra.
Tiene que existir alguna facultad superior a la mente, independiente
del intelecto, capaz de darnos conocimiento y experiencia
directa sobre cualquier fenómeno.
Sólo libertándonos de la mente podemos vivenciar
de verdad ESO que hay de real, AQUELLO que se encuentra en
estado potencial, tras cualquier fenómeno.
MENTE existe en todo; los siete cosmos, el mundo, las lunas,
los soles, no son más que substancia mental cristalizada,
condensada.
La MENTE también es materia aunque más enrarecida.
Substancia mental existe en los reinos mineral, vegetal, animal
y humano.
La única diferencia existente entre el ANIMAL INTELECTUAL
y la bestia irracional es eso que se llama INTELECTO. El BIPEDO
HUMANO le dio a la mente forma intelectual.
El mundo no es más que una forma mental ilusoria que
se disolverá inevitablemente al final del GRAN DIA
COSMICO.
Mi persona, tu cuerpo, mis amigos, las cosas, mi familia,
etc., son en el fondo eso que los INDOSTANES llaman MAYA,
(ILUSION), formas mentales vanas que tarde o temprano deben
reducirse a polvadera cósmica.
Mis afectos, los seres más queridos que me rodean,
etc., son simples formas de la mente cósmica, no tienen
existencia real.
El dualismo intelectual, tal como el placer y el dolor, las
alabanzas y el vituperio, el triunfo y la derrota, la riqueza
y la miseria, constituyen el doloroso mecanismo de la mente.
No puede existir verdadera felicidad dentro de nosotros mientras
seamos esclavos de la mente.
Es urgente montar en el burro, (LA MENTE), para entrar en
la JERUSALEM celestial en Domingo de Ramos. Desgraciadamente
hoy por hoy el asno monta en nosotros, míseros mortales
del lodo de la tierra.
Nadie puede conocer la verdad mientras sea esclavo de la mente.
Eso que es lo real no es cuestión de suposiciones,
sino de experiencia directa.
JESUS, el gran KABIR dijo: "Conoced la VERDAD y ésta
os hará libres". Empero os digo: la VERDAD no
es cuestión de afirmar o negar, creer o dudar; hay
que experimentaría directamente en ausencia del YO,
más allá de la mente.
Quien se liberta del intelecto puede experimentar, vivenciar,
sentir, un ELEMENTO que transforma radicalmente.
Cuando nos libertamos de la MENTE, ésta se convierte
entonces en un vehículo dúctil, elástico,
útil, mediante el cual nos expresamos en este mundo
consciente.
La lógica superior nos invita a pensar que liberarse,
emanciparse, de la mente, safarse de toda su mecanicidad,
equivale de hecho a DESPERTAR CONCIENCIA, a terminar con el
automatismo
Aquello que está más allá de la mente
es BRAHAMA, el eterno espacio increado, ESO que no tiene nombre,
lo REAL.
Pero vamos al grano: ¿Quién o qué es
lo que debe zafarse, liberarse de la mortificante mente?
Resulta obvio contestar a estos interrogantes, diciendo: La
CONCIENCIA, el principio BUDDHISTA interior, eso que hay de
ALMA en nosotros, es lo que puede y debe liberarse.
La mente sólo sirve para amargarnos la existencia.
Felicidad auténtica, legítima, real, sólo
es posible cuando nos emancipamos del intelecto.
Empero, debemos reconocer que existe un inconveniente, un
obstáculo mayúsculo, un óbice para esa
anhelada liberación de la ESCENCIA; quiero, referirme
al tremendo batallar de las antítesis.
La ESCENCIA, la CONCIENCIA, aunque de naturaleza BUDDHICA,
vive desgraciadamente embotellada entre el aparatoso dualismo
intelectivo de los opuestos SI y NO, bueno y malo, alto y
bajo, mío y tuyo, gusto y disgusto, placer y dolor,
etc.
A todas luces resulta brillante comprender a fondo que cuando
cesa la tempestad en el océano de la mente y termina
la lucha de los opuestos, la ESENCIA se escapa, se sumerge
en aquello que es lo REAL.
Lo dificultoso, laborioso, arduo y penoso, es lograr silencio
mental ABSOLUTO en todos y cada uno de los cuarenta y nueve
departamentos SUBCONCIENTES de la mente.
Alcanzar, obtener quietud y silencio en el mero nivel superficial
o en unos cuantos departamentos subconscientes, no es suficiente
porque la ESENCIA continúa enfrascada entre el dualismo
sumergido, infraconsciente, e inconsciente.
MENTE EN BLANCO es algo demasiado superficial, hueco e intelectual:
necesitamos REFLEXION SERENA si es que de verdad queremos
lograr la quietud y el silencio ABSOLUTO de la mente.
La palabra china MO significa silencioso o sereno; CHAO significa
reflexionar u observar.
MO CHAO, por lo tanto, puede traducirse por REFLEXION SERENA
u OBSERVACION SERENA.
Empero resulta claro comprender que en GNOSTICISMO PURO los
términos SERENIDAD y REFLEXION, tienen acepciones mucho
más profundas y por ende comprenderse dentro de sus
connotaciones especiales.
El sentido de sereno trasciende a esos que normalmente se
entiende por calma o tranquilidad, implica un estado superlativo
que está más allá de los razonamientos,
deseos, contradicciones y palabras; designan una situación
fuera del mundanal bullicio.
El sentido de reflexión así mismo, está
más allá de eso que siempre se entiende por
contemplación de un problema o idea.
No implica aquí actividad mental o pensamiento contemplativo,
sino una especie de CONCIENCIA OBJETIVA, clara y reflejante,
siempre iluminada en su propia experiencia.
Por lo tanto: SERENO es aquí la SERENIDAD del NO-PENSAMIENTO
y REFLEXION significa CONCIENCIA intensa y clara.
REFLEXION SERENA es la clara CONCIENCIA en la tranquilidad
del NO-PENSAMIENTO.
Cuando reina la SERENIDAD PERFECTA, se logra la verdadera
ILUMINACION profunda.
Del libro: CURSO ESOTERICO DE MAGIA RUNICA, Capitulo 17.-
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