"Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas
de nosotros, porque esas emociones negativas pues no permiten
un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si aún
poseemos dentro de nosotros emociones negativas. Nosotros tenemos
que erradicar de nuestro corazón las emociones de tipo
negativo, que son verdaderamente perjudiciales en todo sentido".
Conferencia: "Necesidad de cambiar la forma de pensar"
Una persona que se deja llevar por las emociones negativas,
se vuelve mentirosa en un ciento por ciento. Conozco el caso
de un señor que actualmente se encuentra al borde de
la muerte. Este buen hombre vino a tener una embolia cerebral.
¿Motivo? Muy claro: alguien le mal informó que
su hermana había sido víctima de un fraude; tal
informe fue después examinado y resultó falso.
Este señor llama a su hermana y cree en una infundia
difamante que ella le cuenta. La tomó tan en serio, que
le dio una embolia cerebral y en estos momentos se encuentra
al borde de la muerte, vean ustedes, en este caso, de qué
manera las emociones negativas vienen a llevarnos al fracaso.
Su hermana sigue convencida de que fue víctima de un
fraude. Es obvio que calumnia a un inocente, pero ella está
segura de que fue víctima. Personalmente investigué
el caso y me di cuenta que ella misma se estaba auto-engañando,
se estaba mintiendo a sí misma, víctima de las
emociones negativas, y a su vez calumniando a otra persona en
forma inconsciente.
Hay que trabajar el centro intelectual y también el centro
emocional. No hay duda que las emociones negativas nos vuelven
mentirosos, como ya les había dicho a ustedes en alguna
oportunidad. Las emociones negativas nos tornan violentos, las
emociones negativas hacen que nos olvidemos de sí mismos.
Un individuo, por ejemplo celoso, llevado de la emoción
negativa de los celos, pues se vuelve violento, puede matar
a otro y en consecuencia ir a la cárcel; puede tratar
mal a su mujer, tal vez injustamente, etc. De manera que las
emociones negativas pueden convertirlo a uno en calumniador,
falso, en violento, en perverso.
Pero es muy difícil, en verdad, poder controlar las emociones
negativas. En un momento estamos tranquilos y puede que al siguiente
momento no lo estemos. Supongamos que estamos aquí, muy
en santa paz, escuchando esta cátedra, y de pronto alguien
nos trae una noticia: nos dicen que un pariente o un hermano
de nosotros ha sido fuertemente golpeado por fulano de tal,
o que le pegaron un balazo. Claro, si no tenemos control sobre
sí mismos, salimos "como locos". Abandonamos
de inmediato este lumisial, protestamos en nuestro interior;
nos encontramos a alguien en la calle, le contamos rápidamente
lo que sucedió, y puede darse el caso de que al llegar
al lugar donde se dice acaeció la tragedia, nada ha pasado,
era una falsa alarma. Entonces, ¿qué sucedió?
Uno, abandonamos la cátedra; lo otro, calumniamos a alguien;
lo otro, asumimos actitudes violentas, y lo otro, que fue lo
peor, pues fortificamos los "yoes" que tenemos en
la parte negativa del centro emocional, en vez de desintegrarlos.
¡Vean ustedes cuánto daño pueden hacernos
las emociones negativas! Por una emoción negativa podemos
volvernos asesinos, por una emoción negativa podemos
volvernos perversos, por una emoción negativa podemos
nosotros calumniar al prójimo, por una emoción
negativa, podemos nosotros levantar falsos juicios sobre nuestro
mejor amigo, etc. Y sin embargo, tenemos esa marcada tendencia
a dejarnos llevar siempre de las emociones negativas, no hemos
aprendido a ser austeros, impávidos, serenos mesurados.
Así que, introducir la Gnosis en nuestra forma de pensar,
para cambiar, e introducirla en el centro emocional, cuesta
un poco de trabajo. Pero si nosotros pensamos en lo que son
los centros de la máquina orgánica, por ejemplo,
el centro intelectual, que tiene algo del centro emocional y
algo del centro del movimiento, ¿cómo podríamos
nosotros conseguir que el centro emocional inferior quede bajo
control total? Si decimos: "voy a tener fuerza de voluntad,
no me voy a dejar llevar de emociones violentas negativas en
ningún momento", puede ser que a las primeras de
cambio fallemos terriblemente. Entonces necesitamos introducir
la Gnosis, aquí, en la mente, sentir la emoción
superior que produce la Gnosis y con el poquito de voluntad
que hayamos adquirido, pues junto con la Gnosis, la emoción
superior nos permitirá controlar completamente a las
emociones inferiores negativas.
En todo caso, se necesita controlar a la emoción inferior
con la emoción superior. Controlemos, pues, a las emociones
inferiores con las superiores, metamos Gnosis dentro del cerebro
para que nuestra forma de pensar cambie y vivamos de acuerdo
con los principios y las reglas del Gnosticismo Universal. Modifiquemos,
pues, el proceso del pensar y habrá una especie de emoción
intelectual en nuestra cabeza. Eso, más un poquito de
voluntad, nos permitirá controlar a las emociones inferiores.
Obviamente, la destrucción total de las emociones inferiores
adviene con la aniquilación de aquellos "elementos
psíquicos indeseables" que se relacionan, precisamente,
con la parte emocional inferior. Pero entre tanto, y mientras
tales elementos son eliminados, debemos controlar al centro
emocional inferior con la parte emotiva del intelecto, un intelecto
alumbrado por la mística gnóstica. Ese es el camino
obvio a seguir, solo por ese camino podría procesarse
verdaderamente un cambio, que es tan necesario.
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