Empezaremos,
naturalmente, preparando el ambiente con esta plática
de tipo esotérico. Espero que los hermanos, pues, pongan
toda su atención.
Es
necesario comprender la necesidad de aprender a vivir. Las
experiencias de la vida diaria son muy útiles; desafortunadamente,
las gentes las repudian, las enjuician, las detestan, etc.;
muchos se quejan de sí mismos y de los demás,
y se asombra uno de ver cómo es que las gentes subestiman
las experiencias. Nosotros debemos actuar a la inversa: tomar
las experiencias para nuestra propia Auto-Realización;
ellas en sí mismas, pueden ofrecernos material didáctico
suficiente como para el desarrollo de la Esencia, o en otras
palabras, para el crecimiento anímico.
Así
pues, las experiencias resultan ciertamente magníficas
en todo sentido; no es posible sacar material didáctico,
para el desarrollo de la Conciencia, de cualquier otro lugar
que no sea de las experiencias; por eso es que quienes las
repudian, o quienes protestan contra las dolorosas experiencias
de la vida, obviamente se privan de lo mejor: se privan, precisamente,
de la fuente viva que puede conducirnos al robustecimiento
de la vida anímica.
Cuando
uno toma las experiencias como material didáctico para
su Auto-Realización, descubre sus propios defectos
psicológicos, porque es en relación con la humanidad,
es en relación con nuestros familiares, es en relación
con nuestros compañeros de trabajo, en la fábrica,
en el campo, etc., como nosotros mediante las experiencias,
logramos el auto-descubrimiento. Obviamente, las experiencias
son las que nos hacen aflorar nuestros propios errores. En
presencia de nuestros insultadores, por ejemplo, aflora el
"yo" de la ira; en presencia del vino, aflora el
"yo" de la borrachera; en presencia de personas
del otro sexo, si no estamos alertas y vigilantes, como el
vigía en época de guerra, aflora la lujuria.
Así
pues, resultan útiles las experiencias para conocernos
a sí mismos. Obviamente, lo principal es no identificarnos
con ningún acontecimiento, con ningún evento,
con ninguna circunstancia; necesitamos aprender a ver los
distintos eventos y circunstancias, sin identificarnos con
los mismos; necesitamos aprovechar cada experiencia, por dolorosa
que sea, para el auto-descubrimiento.
Cuando
uno se está observando a si mismo, ve cuan útiles
son las experiencias. Si nos retiráramos a una caverna
solitaria sin habernos auto-descubierto, sin habernos conocido
a sí mismos, sin haber disuelto el Ego, el resultado
sería el más absoluto fracaso.
En
los Himalayas, muchos anacoretas vivieron en cavernas y hasta
desarrollaron algunos "Shiddis", es decir, poderes.
Esos ermitaños, a base de rigurosas disciplinas esotéricas,
consiguieron el Samadhí, y gozaron entonces en el mismo,
penetraron en el Alaya del Universo y hasta perdiéndose
por instantes en el Supremo Parabrahatma-Hatma. Lo que sucedió
realmente, fue que entrenados en las más diversas disciplinas
de la mente, tales cenobitas lograban desembotellar la Esencia,
la Conciencia, y esta, en ausencia del Ego, vino a experimentar
eso que no es del tiempo, eso que está más allá
del cuerpo, de los afectos y de la mente. Embriagados, pues,
con el "Soma" del Samadhí, se creyeron Mahatmas,
nunca trabajaron sobre el Ego, jamás se preocuparon
por desintegrar los diversos agregados psíquicos, sólo
se especializaron en la Yoga de la Meditación. Ya desencarnaron,
y como quiera que indubitablemente se habían hecho
atletas de la Ciencia de Dyani o Meditación, la Esencia,
momentáneamente, pudo hasta penetrar en los Planetas
del Cristo, flotar en el ambiente de tales planetas, desafortunadamente
sin poder ingresar a las corporaciones de dichos mundos. Pasado
el éxtasis, la Esencia volvió otra vez al Ego,
al interior del "mí mismo"; posteriormente
retornaron, regresaron, se reincorporaron, y ahora son, en
el mundo occidental, personas vulgares, comunes y corrientes,
y tanto en el Oriente como en el Tíbet, se les sigue
todavía venerando como a santos.
Es
necesario entender la necesidad de desintegrar el Ego, y no
seria posible esto si no aprovecháramos las duras experiencias
de la vida. Hay personas también, que después
de un trabajo de observación constante, con los distintos
eventos de la existencia, se olvidan del trabajo; entonces
las experiencias vuelven a ser tomadas como antes.
Cuando
uno toma las experiencias de la vida como un medio para llegar
a un fin, como un medio para el auto-descubrimiento, como
un medio para la auto-observación, puede saborearlas.
El sabor trabajo es algo maravilloso; le da, a uno, una exquisitez
inefable.
Cuando
uno descubre que tiene tal o cual defecto psicológico,
y lo elimina, entonces viene a saborear el Trabajo, es un
sabor inconfundible; pero cuando uno, después de haber
trabajado, abandona el Trabajo sobre sí mismo y vuelve
a tomar las experiencias de la vida tal como antes, es decir,
vuelve a reinvertir el sentido de las experiencias, entonces,
indubitablemente, sentirá otra vez el mismo sabor de
la rutina diaria, el mismo sabor a vida de siempre.
Hay
pues que distinguir, claramente, entre el sabor trabajo y
el sabor de la vida rutinaria. Por eso yo les digo a ustedes,
mis caros hermanos: no huyan de las experiencias de la vida,
aprovechen hasta la más simple experiencia para el
auto-descubrimiento. Cualquier evento, por insignificante
que sea, permite el auto-conocimiento; porque precisamente,
es en relación con las distintas gentes como viene
uno a auto-descubrirse, a descubrir sus propios errores; estos
afloran solos, tan espontáneamente, que basta estar
en estado de alertas para verlos. Defecto descubierto, debe
ser trabajado, debe ser enjuiciado, debe ser analizado correctamente,
debe ser comprendido a través de la técnica
de la meditación. Posteriormente, viene la ejecución,
la disolución; cualquier agregado psíquico puede
ser disuelto con la ayuda de Devi Kundalini Shakty, nuestra
Madre Divina. Si nosotros le suplicamos elimine de nuestro
interior el agregado psíquico que hemos comprendido,
ella así lo hará, lo desintegrará, y
quedaremos libres de tal defecto. ¡Cuan dichoso se siente
uno, cuando elimina de sí mismo algún defecto;
siente uno como si le hubieran quitado una abrumadora carga
de encima! ¡Cuanta dicha! Y a medida que los distintos
agregados psíquicos se van desintegrando, la Esencia,
el Budhata va siendo liberado, y cuando todos los agregados
han sido reducidos a polvareda cósmica, desaparece
la Conciencia Egoica y sólo queda la Conciencia limpia
del Ser, la Conciencia prístina, original. Así
pues, bien vale la pena que aprovechemos las experiencias
prácticas de la vida para el auto-descubrimiento; sin
ellas no sería posible el autodescubrimiento.
Esos
ermitaños que en tiempos idos, se encerraron en las
cavernas para meditar, alimentados por ahí con hierbas,
con raíces del bosque, consiguieron hacerse atletas
del Samadhí; algunos lograron hasta el Satori, el Vacío
Iluminador irrumpió en sus mentes, más nunca
pudieron realizar en sí mismos el Vacío Iluminador.
Una cosa, mis queridos hermanos, es experimentar el Vacío
Iluminador; y otra cosa es en verdad les digo, realizar en
sí mismos al Vacío Iluminador. Hubo santos,
místicos, ermitaños en el Oriente que experimentaron
el Vacío Iluminador, pero como quiera que no trabajaron
sobre sí mismos, como quiera que no eliminaron los
agregados psicológicos, no pudieron realizar en sí
mismos el Vacío Iluminador.
Experimentar
la naturaleza del Vacío iluminador es útil,
mis queridos hermanos, muy útil, pero si solamente
nos quedáramos en ese estadium del Ser, si no auto-realizáramos
interiormente el Vacío Iluminador, habremos perdido
el tiempo lamentablemente. No podríamos verdaderamente,
realizar en sí mismos el Vacío Iluminador, si
no trabajáramos desintegrando el Ego, el "mí
mismo", el "sí mismo". Así que
vale la pena reflexionar profundamente en todas estas cosas.
A
medida que nosotros vayamos desintegrando en sí mismos
al Ego, la Conciencia se irá liberando, y cuando hayamos
logrado la desintegración absoluta del "mí
mismo", la Conciencia estará absolutamente liberada;
entonces el Vacío Iluminador habrá sido realizado
en cada uno de nosotros.
Sólo
aquellos que han realizado en sí mismos el Vacío
Iluminador, pueden vivir en los Planetas del Cristo. Sepan
ustedes que alrededor de cada Sol que nos ilumina, giran los
Planetas del Cristo; ellos son de naturaleza espiritual, no
material. Hay dos naturalezas; la una, es mutable, pasajera,
perecedera, es la naturaleza del mundo físico; mas
hay otra naturaleza: la naturaleza de los Planetas del Cristo,
que es inmortal, inmutable, imperecedera, terriblemente divina.
En esos planetas viven las Humanidades Divinas, dentro de
cada criatura de esas, mora el Cristo, el Cristo resplandece
en cada criatura. Pero intentar convertirse en habitante de
los Planetas del Señor sin haber eliminado el Ego,
es absurdo; querer eliminar el Ego renunciando a las experiencias
de la vida, o protestando contra las mismas, o desesperando,
o identificándose con cada evento, es estúpido.
El material didáctico para la Auto-Realización,
no sale de ninguna otra parte sino de las experiencias de
la vida.
Así
pues, tomemos cada experiencia, por dolorosa que sea, con
alegría; pensemos en que nos da el material didáctico,
suficiente para la Auto-Realización. No cometamos el
error de identificarnos con ningún evento. Tampoco
cometamos el error de repudiar evento alguno; cada evento
de la vida es útil.
Cuando
hayamos disuelto la totalidad del Ego, nuestra Mente Interior
se habrá abierto. Ya les he dicho a ustedes que hay
tres mentes, y hoy se los repito. A la primera podemos denominarla
"Mente Sensual", -en élla está la
"levadura de los Saduceos", groseros y materialistas-.
La segunda es la "Mente Intermedia", y tercero es
la "Mente Interior". En la Mente Intermedia están
las creencias de las distintas religiones, es la "levadura
de los Fariseos". Jesús el Cristo dice: "Cuidaos
de la levadura de los Saduceos y de los Fariseos", es
decir, "cuidaos de las doctrinas de los Saduceos materialistas
y de los Fariseos hipócritas". Esas son palabras
del Evangelio del Señor.
¿Qué
puede saber la Mente Sensual sobre lo Real, sobre la Verdad?
¡Nada! ¿por qué? Porque ella elabora sus
conceptos de contenido, exclusivamente con los datos aportados
por los cinco sentidos. La Mente Intermedia tampoco sabe nada
de lo Real; allí están las "doctrinas de
los Fariseos", y bien sabemos que asisten a sus santos
oficios, o ritos, para que otros digan de ellos lo mejor,
mas nunca trabajan sobre sí mismos; fundamentan su
religión únicamente en las creencias, y eso
es absurdo.
Con
la muerte del Ego se abre la Mente Interior, y esta es distinta;
esta funciona con los resortes de la Conciencia, esta recibe
los datos de la Conciencia Superlativa del Ser, y con tales
datos elabora sus conceptos de contenido. Como quiera que
la Conciencia Trascendental y Superlativa del Ser tiene poder
para experimentar lo Real, la Verdad, obviamente la Mente
Interior, al ser así informada, tiene buenos datos
para elaborar sus conceptos de contenido, por algo es que
a la Mente Interior se le denomina "razón objetiva",
por algo es que a la Mente Sensual se le denomina "razón
subjetiva".
Quien
tenga desarrollada la Mente Interior, conoce lo Real, la Verdad,
conoce eso que está más allá del cuerpo,
de los afectos y de la mente; conoce los Misterios de la Vida
y de la Muerte, no porque otros se los diga o se los deje
de decir, sino por experiencia mística directa. Quien
tenga desarrollada la Razón Objetiva, es un Iluminado;
mas hay seis grados de desarrollo de la Razón Objetiva;
estos seis grados se conocen por los Tridentes que existen
en los Cuernos.
¿A
qué "cuernos" me estoy refiriendo? A los
Cuernos de Plata de los Hierofantes, a los Cuernos de Lucifer.
Este Lucifer no es otra cosa que la reflexión del Logos
en nosotros, la sombra del Señor, ubicada dentro de
nosotros mismos, en nuestro interior, para nuestro bien. ¿Podríamos
acaso ascender hasta "el Gólgota del Padre",
por otro camino que no fuera el cuerpo de Lucifer, las espaldas
de Lucifer? ¡Imposible! ¿Podría alguien
acaso, trabajar en la Forja de los Cíclopes sin el
impulso de Lucifer? ¡Imposible! Lucifer da el impulso;
si nosotros sabemos clavar la Lanza en su costado, lo vencemos.
Vencido el Dragón, subimos utilizando su espalda como
escalera. "La tentación es fuego, el triunfo sobre
la tentación es Luz". Si logramos vencer a Lucifer,
subimos de grado en grado por su espalda; cada triunfo sobre
Lucifer implica, de hecho, un peldaño en el ascenso,
y así, de peldaño en peldaño, llegamos
a la cumbre del Ser, subimos por la Montaña del Ser.
Siete
o seis grados de desarrollo de la Razón Objetiva, ponen
los Cuernos de Lucifer. Sí, allí está
la base. Mientras uno tenga un tridente en esos Cuernos, ya
ha subido uno, un grado; y quien tenga dos tridentes, indica
un segundo grado de desarrollo en su Razón Objetiva;
y quien tenga un tres, ha perfeccionado su mente hasta el
tercer grado de la Razón Objetiva. Pero quien tenga
los seis grados, los seis tridentes en sus Cuernos, habrá
alcanzado la perfección absoluta, y la Razón
Objetiva del Ser, habrá llegado al Sagrado Anklad,
y podrá permanecer en él, será perfecto,
y todos los coros de las Egolatrías de este Universo,
los cuatro grandes coros o grupos, le obedecerán, le
venerarán.
Tener
los seis grados de la Razón Objetiva, es haber llegado
a la absoluta iluminación, al conocimiento objetivo
absoluto -sin lagunas-, de los Misterios de la Vida y la Muerte,
de los Misterios del Logos, de los Misterios del Abismo y
del Cielo; es haber abierto, completamente, su mente a lo
Real; por eso, quien llega al sexto grado, puede reposar en
el Sagrado "Anklad". Quien llegue al sexto grado,
se encuentra tan solo a tres grados de la Infinitud que todo
lo sustenta, y esto hay que saberlo entender. Quiero pues,
que los hermanos reflexionen profundamente en todo esto.
Mucho
se ha hablado sobre los Chacras, "discos o ruedas magnéticas"
del Cuerpo Astral. ¿Son útiles? Sí, son
útiles; pero todas esas ruedas, Chacras o discos magnéticos,
etc., a pesar de ser tan maravillosos pues nos permiten las
extra-percepciones, resultan en verdad como míseras
bujías de sebo ante la Razón Objetiva del Ser.
Puede la Clarividencia, por ejemplo, ser muy hermosa, y ¿quién
negaría los poderes intrínsecos de los Chacras?
¿Quién negaría los poderes intrínsecos
de tan maravillosos Chacras? Mas ellos, en sí mismos,
son como el fuego de un cerillo, comparado con la luz del
Sol; así son, si los comparamos con la Iluminación
que da la Razón Objetiva del Ser.
De
manera que, ¿cuál es el máximo, o los
máximos poderes que el anacoreta gnóstico puede
lograr? ¿Estarán en los Chacras? ¿Dónde
estarán? En verdad hermanos, les digo que no están
en los Chacras. Entonces, ¿dónde están?
Les digo, en verdad: están en la Razón Objetiva
del Ser. Mas para perfeccionar la Razón Objetiva del
Ser, se requiere la eliminación de los elementos subjetivos
de las percepciones, o en otros términos: la eliminación
de los diversos "yoes". Luego si así procedemos,
si nos resolvemos a pasar por la aniquilación budista,
tan temida para los señores del Teosofismo, entonces,
y sólo entonces podremos reposar en el Sagrado Anklad.
Hay
dos psiquismos: el inferior, que está relacionado con
los Chacras, y el superior, que pertenece a la Conciencia
Trascendental y Superlativa del Ser, a los valores étnicos
de lo Divinal, de lo Trascendental; a la Cultura Universal-Espiritual-Divinal.
¿Que el psiquismo inferior no cumpla finalidades? Sería
absurdo negarlo: sí cumple algunas finalidades. ¿Que
el desarrollo de los Chacras sea inútil? No digo así,
no pienso así; es útil hasta cierto punto, pero
no es todo. Cuando uno a despertado Conciencia y ha abierto
en verdad la Razón Objetiva, y puede la Razón
Objetiva o Mente Interior servir de instrumento a la Conciencia,
entonces la Iluminación del Ser es absoluta y supera
a todos los Chacras, pasa más allá de los Chacras,
entra en el terreno del Super-Hombre, del Budha, del iluminado
Budha.
Quiero
que los hermanos comprendan este aspecto intrínseco,
tan profundo; quiero que entiendan también, por tal
motivo, la necesidad de pasar por la aniquilación budista.
Si así lo hicieren, no les pesará: abrirán
su Mente Interior y llegarán a poseer la Iluminación.
No quiero decir que antes no sea posible la experiencia del
Vacío Iluminador; es posible, como ya les he dicho,
pero una cosa es la experiencia del Vacío Iluminador,
y otra es la realización íntima del Vacío
Iluminador. Cualquier anacoreta puede experimentar el Vacío
Iluminador, pero eso no implica, forzosamente, la auto-realización
íntima del Vacío Iluminador. Nadie podría
realmente auto-realizar el Vacío Iluminador en sí
mismo, en tanto no haya eliminado o desintegrado todos esos
agregados psíquicos inhumanos que llevamos en nuestro
interior. Vale la pena que comprendamos pues, todo esto, que
reflexionemos profundamente.
En
el proceso de desintegración del Ego, hemos de sangrar
profundamente, y necesitamos lavar nuestros pies con la sangre
del corazón, si es que queremos quedar completamente
puros. La Auto-realización Intima del Ser es muy grave,
gravísima; ha de pasar uno por torturas espantosas:
muchas veces tiene uno que renunciar a lo que más ama,
tiene uno que estar dispuesto a perder lo más querido,
y repito, lavar los pies en la sangre del corazón.
Necesita uno convertirse en algo diferente, en algo distinto;
hasta la misma identidad personal debe perderse. Esto quiere
decir que un día, habremos de buscar nuestra misma
identidad actual y ya no la hallaremos, se habrá perdido
para nosotros mismos, porque nosotros nos habremos convertido
en algo diferente. Necesitamos volvernos distintos, diferentes,
cambiar radicalmente; pero, ¿cómo podríamos
cambiar totalmente si conserváramos nuestra actual
identidad?
En
este camino, mis queridos hermanos, hay procesos dolorosos,
muy dolorosos; el que quiera empezar con éxito, debe
empezar con algunos sacrificios físicos, disciplinarios.
Yo empecé, en mi actual existencia, caminándome
algunos países enteros a pie, sin cinco centavos entre
la bolsa, durmiendo por las montañas, envuelto en mis
propios "trapos" para desafiar la plaga, llegando
a los pueblos sin dinero, o bien acostándome por ahí,
debajo de los "aleros" de las casas; cuando tenían
tales techos o aleros, porque ahora las edificaciones se han
vuelto tan crueles que si le cae a uno la lluvia, no tiene
más remedio que soportarla; ¡así es la
crueldad de estos tiempos! Y no me pesa haber caminado sin
dinero países enteros, no me pesa haber sufrido la
tormenta y los huracanes, no me pesa haber llegado a los pueblos
donde nadie me conocía, y sin un céntimo entre
la bolsa. Así empecé, y mucho me sirvió.
Yo empecé en una forma natural; mi Padre que está
en Secreto, quiso que así empezara, y así empecé;
a otros les ha tocado empezar así porque su Gurú
así lo ha establecido para su bien.
Conozco
el caso de un Gurú de ojos negros, penetrantes, y "mostachos"
negros, que organizó a sus discípulos para una
caravana. Recorrió países enteros para llegar
a Persia desde Rusia, para caminar por ahí, entre la
nieve, mujeres y hombres, algunos con los pies descalzos,
sangrando, durmiendo en las montañas, expuestos a los
lobos, pero firmes en la disciplina, y así llegaron
a ese país de Persia, sencillamente para encontrar
una casa desocupada donde vivir. ¡Tonterías!,
diría cualquiera: ¿cómo es posible un
viaje, con un grupo de personas que están sufriendo,
a través de las montañas y del hielo, durmiendo
en la noche en las selvas, expuestos a los lobos y al invierno?
¿Con qué objeto -incongruente parecería-,
para llegar, por último, a una casa que han alquilado?
Pues para hacerlo, no se necesita de todo eso; para eso se
podría haber hecho el viaje en un maravilloso automóvil
o en un avión. El Gurú sabía lo que hacía:
si el discípulo viraba a la derecha, el Gurú
señalaba a la izquierda, y si el discípulo jalaba
a la izquierda, el Gurú, como al caballo, le jalaba
las riendas para que virara hacia la derecha. Y al sufrir
un poco, sus discípulos se forjaron desde un principio
en la dura disciplina, y resultaron magníficos.
A
mi me tocó también forjarme, en principio, en
esa dura disciplina; mi Padre que está en Secreto,
así lo quiso. No lo había entendido; mucho más
tarde, en el tiempo, lo entendí: que El había
seguido conmigo el mismo proceso que han seguido todos los
Gurujís de los tiempos idos, que sometían a
los estudiantes, primero que todo, a esas duras pruebas, y
no hay duda de que fueron magníficos los estudiantes
que por las mismas pasaron.
Así
queridos hermanos, tenemos que ir eliminando de sí
mismos, muchas pésimas costumbres, hábitos adquiridos
que uno mismo ignora que los tiene: movimientos mecánicos
sin sentido, etc. Tiene uno que hacerse consciente de todos
sus gestos y actitudes, y eliminar lo que no sirve; todo esto
requiere una observación muy rigurosa de sí
mismos. En principio es conveniente esa dura disciplina de
los viajes dolorosos y cruentos, de las torturas del camino,
a fin de forjarse desde un principio como debe forjarse: en
la lucha.
No
debemos desmayar, pues, en la cuestión de la auto-observación
psicológica. En la medida en que uno se vaya auto-observando,
va descubriendo cuantos "yoes" tenía, "yoes"
que ignoraba que tenía. Uno mismo se queda asombrado
cuando se auto-descubre.
¿Qué
diríamos de un caballero honrado, sincero, trabajador,
magnífico ciudadano, intachable, incapaz de quitarle
un céntimo a nadie, que de pronto descubra que en el
fondo de sí mismo, posee unos cuantos "yoes ladrones"?
"¡Imposible -diría cualquiera-, no es posible!".
No, en esto no hay nada imposible. ¿Y qué diríamos
de una dama honesta, magnífica esposa, virtuosa, entregada
a su hogar, que de pronto, auto-explorándose profundamente,
descubriese en el fondo de sí misma, toda una legión
de "yoes prostitutas"?. "¡Incongruente
-dirían muchos al oír la explicación
de todo esto-, qué ilógico, qué paradójico!".
Pero en el terreno de la Psicología profunda, todo
esto es posible. En el fondo de cada uno de nosotros hay una
creación equivocada: "yoes" de los antiguos
tiempos, "yoes" que personifican errores espantosos,
y lo más grave es que dentro de los mismos, esté
embotellada la Conciencia, siempre ella enfrascada, siempre
ella procesándose en virtud de su propio embotellamiento.
¿Y
cual es el peor obstáculo que existe para la disolución
del Ego? Lujuria, sí, es una palabra terrible. Mas,
¿quién no la tiene? ¿Alguno de los aquí
presentes, podría decir que nunca ha tenido lujuria?
¡Cuan difícil es desarraigarla de sí mismos!
Cuando
nosotros analizamos cualquier "yo" de lujuria, venimos
a evidenciar que se procesa, en cada uno de los tres cerebros,
en forma diferente. En el cerebro -dijéramos-, puramente
motor-instintivo-sexual, a través del erotismo; en
el cerebro exclusivamente intelectual, como planes, proyectos
relacionados con el amor, o con el ser que se ama o que se
cree amar; sin embargo, he ahí que todos no son sino
fenómenos de un mismo "yo" que se llama lujuria.
Pero vean cuan distinto se manifiesta en el cerebro intelectual,
qué otra forma asume en el corazón, y por último
cual es su modus operandi en el centro motor-instintivo-sexual.
Repito: en centro motor-instintivo-sexual, como pasión
animal; en el corazón, la lujuria asume otra forma
que podríamos denominarla como "amor", y
en el intelecto asume otra forma, como proyectos relacionados
con ese "amor", como recuerdos de ese "amor".
Y es que cada "yo" tiene sus tres cerebros: el intelectual,
el emocional y el motor-instintivo-sexual, eso es obvio.
Así
pues, que dentro de nuestra persona hay miles de personas,
y cada una de ellas está organizada con sus tres cerebros;
nuestra personalidad no es más que una marioneta, jalada
por hilos invisibles.
Hay
"yoes" muy difíciles de arrancar de sí
mismos, de desintegrar, "yoes" que se confunden
con la espiritualidad y con el amor. Se necesita tener, dijéramos,
un "ojo clínico" para verse a sí mismo,
tener siempre ese bisturí finísimo de la auto-crítica,
para ver todo lo que uno tiene y hacerle la disección
a sus "valores"; sólo así se puede
saber, realmente, qué es lo que uno tiene de verdad.
Se
necesita mucha observación, mis caros hermanos; somos
espantosamente débiles y nos creemos muy fuertes, somos
criaturas deleznables, exageradamente perversas. Nada podríamos
hacer si no tuviéramos una ayuda, la que obviamente
tenemos: contamos con el poder de la Serpiente Sagrada, de
la Divina Madre Kundalini; sólo ella puede de verdad
asistirnos para desintegrar los "yoes", sólo
ella, con sus flamas, puede reducir cualquier "yo"
a polvareda cósmica. Mas intentar desintegrar los "yoes"
sin contar con la ayuda de Devi Kundalini Shakty, es condenarse
uno a sí mismo al fracaso, y eso es obvio.
Alguien,
cuyo nombre no menciono, cometió el error de atribuirle
a la serpiente ascendente, todas las características
siniestras e izquierdas de la serpiente descendente. Hay dos
serpientes: la que sube y la que baja. La que sube es la Kundalini;
ella se abre paso por el canal de Sushumná, a lo largo
de la médula espinal, dorsal, y llega hasta el cerebro
y posteriormente al corazón; la otra, la que baja,
se precipita desde el coxis hacia los infiernos atómicos
del hombre: es el abominable Organo Kundartiguador, o la Serpiente
Pitión, que se arrastraba por el lodo de la tierra,
y tuvo poder para hacernos caer en el error; la otra, la ascendente,
es diferente: tiene poder para liberarnos del error.
En
el pasado, es claro que algunos Individuos Sagrados se equivocaron,
e implantaron en la naturaleza del ser humano el abominable
Organo Kundartiguador; pero, ¿cómo haríamos
nosotros para ser sanos? Habría que implantar en el
organismo humano, otro órgano como el Kundartiguador,
pero que sea positivo, luminoso, antitético, opuesto
al Kundartiguador. Existe es cierto, y es la Kundalini. La
misma palabra lo dice: "Kunda-lini". "Kunda"
nos recuerda al abominable Organo Kundartiguador. "Lini"
significa "fin" -fin del Organo Kundartiguador-,
esto es, ascendiendo la Serpiente Kundalini, el abominable
Organo Kundartiguador queda reducido a polvareda cósmica.
En
"el Génesis" aparece la serpiente tentadora
del Edem, la horrible "Pitión" de siete cabezas,
que se arrastraba por el lodo de la tierra y que Apolo, irritado,
hirió con sus dardos. Mas también aparece, en
la sabiduría antigua, Moisés y la Serpiente
de Bronce que se enroscaba en la "Tau", o Lingam
Generador, esa es la Kundalini.
Gurdjieff
cometió el error de confundir a la Kundalini con el
Kundartiguador, a la serpiente que sube con la que baja, y
liga a la que sube con los siniestros poderes tenebrosos de
la serpiente descendente. He ahí su error, y he ahí
la causa por la cual sus discípulos no lograron disolver
los "yoes"; esa fue su gran equivocación.
A base de mera comprensión, no es posible disolver
los "yoes". No niego que con el cuchillo de la Conciencia,
comprendiendo vivamente cualquier "yo" podemos separarlo
de sí mismo, de nuestra psiquis; pero eso, mis queridos
hermanos, no es suficiente, porque el "yo" separado
de nuestra psiquis, continuará vivo, no se resignará
a permanecer lejos de casa, intentará una y otra vez
volver a ocupar su lugar, se convertirá en un demonio
tentador. Hay que desintegrar el "yo" que con el
cuchillo de la Conciencia hayamos separado de si mismos, y
nadie puede desintegrarlo con otro poder que no sea el poder
de la Divina Madre Kundalini; sólo ella puede reducirlo
a cenizas, a polvareda cósmica.
Así
pues, lo fundamental mis queridos hermanos, es morir en si
mismos, definitivamente, para poder abrir la Mente Interior
y gozar de la Razón Objetiva, que es visión
verdadera de lo Real, experiencia íntima del Ser, visión
búdica trascendental, divinal, más allá
del cuerpo, de los afectos y de la mente subjetiva.
A
medida que ustedes vayan digiriendo todo esto, irán
comprendiendo también la necesidad de vivir alertas
y vigilantes, como el vigía en época de guerra,
trabajando siempre en forma constante. Así como están,
como se encuentran en estos precisos momentos, ustedes no
sirven para nada: tienen una creación equivocada, manifestándose
a través de una falsa personalidad; espiritualmente
están muertos, no tienen realidad ninguna. Así
como están, todos ustedes deben dejar de existir, porque
si continúan existiendo así como están,
tendrán que ingresar en la involución mineral
de las entrañas de la Tierra; así como están,
están muertos espiritualmente, no poseen la Razón
Objetiva del Ser, no han conseguido la Iluminación,
yacen como sombras entre las profundas tinieblas. ¿Cuál
es la realidad de ustedes? ¡Sombras, y nada más
que eso: sombras! Necesitan abrir la Mente Interior, y para
ello tienen que dejar de existir como míseras sombras,
tienen que volverse despiadados consigo mismos, porque hoy
por hoy ustedes se quieren mucho a sí mismos, se auto-consideran
demasiado. Pero, ¿qué es lo que ustedes quieren,
su querido Ego, su desnudez, su miseria interior, las tinieblas
en que se hallan? ¡No, hermanos, reflexionen profundamente,
reflexionen! Deben dedicarse a trabajar intensamente sobre
sí mismos, deben comprender el proceso de la lujuria,
que es el peor enemigo de la disolución del Ego, el
peor enemigo de la eliminación. ¿Quién
no la tiene, quién no la ha tenido? Sin embargo, hay
que reducirla a cenizas.
¿Algún
hermano tiene algo que preguntar?
P.-
A Gurdjieff se le llama "Maestro", ¿él
trabajó en la Novena Esfera, o sólo trabajó
en la disolución del Ego mediante la comprensión?
R.-
Trabajó en la Novena Esfera, fabricó los Cuerpos
Existenciales Superiores del Ser, pero no logró la
disolución total del Ego porque rechazó a su
Divina Madre. ¿Cómo puede disolver el Ego el
hijo ingrato? El hijo ingrato no progresa en estos estudios.
Primero que todo, antes de llegar al Padre, tenemos que llegar
a la Madre, eso es obvio. ¿Algún otro hermano
tiene algo que preguntar, en relación con el tema?
P.-
Maestro, ¿por qué siendo Gurdjieff discípulo
suyo, no sabía que el único camino para la disolución
del Ego es el de la Divina Madre Kundalini?
R.-
Ciertamente, él se olvidó de su Madre. En antiguas
existencias estuvo bajo mi instrucción, pero en su
existencia última, pues él, como quiera que
estaba lejos de mí, se olvidó también
de su Divina Madre. ¡Ese fue su error, ese! Sin ese
poder fohático, nadie puede desintegrar los agregados
psíquicos; nadie por sí solo puede lograr nada.
El cuchillo de la Conciencia permite a uno separar los "yoes"
que ha comprendido, separarlos de su psiquis, pero eso no
significa disolución. Repito: tales "yoes"
lucharán incesantemente para volver a acomodarse dentro
de la máquina orgánica.
¿Hay
algún otro hermano que tenga algo que preguntar? No
quiero que ustedes dejen de preguntar, porque si uno no pregunta,
no comprende; hay veces que es necesario preguntar. Así
Parsifal, en su primera llegada al Castillo de Montsalvat
Trascendente, no llegó a ser Rey del Grial por no haber
preguntado el por qué de los dolores de Anfortas; de
manera que siempre hay que preguntar.
P.-
Maestro, ¿cuántos procesos se requieren para
llegar a adquirir la Razón Objetiva del Ser?
R.-
Para llegar a la Razón Objetiva hay seis grados. Obviamente,
la Razón Objetiva tiene seis grados, pero el más
elevado de los seis grados pertenece al Sagrado Anklad, y
se encuentra a tres pasos de la Infinitud que todo lo sustenta.
Ahora, ¿cuántos procesos incluye? Tienes primero
que morir completamente en tí mismo; si no desintegras
el Ego, no desarrollas la Razón Objetiva. Pero a medida
que vas avanzando profundamente en la destrucción del
"mí mismo", la Razón Objetiva del
Ser se va abriendo; cuando logres el ciento por ciento de
disolución del Ego, la Razón Objetiva del Ser,
en tí mismo, habrá llegado a la plenitud de
la perfección; entonces estarás iluminado, iluminado
absolutamente, y conocerás por experiencia vivida,
directa, todos los Misterios del Universo, nada ignorarás,
y tendrás todos los poderes del Cosmos. Esto está
más allá de los Chacras; los Chacras, repito,
no son sino como pálidas luces ante la luz del Sol.
Son útiles, pero muy incipientes.
P.-
Maestro esos tridentes de los cuales usted habla, ¿tiene
alguna relación con las "entropitas"?
R.
Esto es punto y aparte. No mezclemos las distintas ciencias;
nos convertiríamos en iconoclastas. ¿Qué
es un iconoclasta? Un hombre que está haciendo disección
a todo y revolviendo todo sin querer nada. Nosotros no somos
iconoclastas, dejemos a cada materia de estudio en su lugar...
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